Empecé las clases porque mi trabajo en finanzas me tenía constantemente tensa. Al principio solo buscaba una forma de relajarme después de días pesados. Las primeras semanas fueron de adaptación, nada espectacular. Pero con el tiempo noté que mi respiración cambiaba cuando me sentía abrumada en la oficina.

Llegué aquí después de probar otros estilos de yoga más dinámicos que no me funcionaban. Necesitaba algo más tranquilo por mi condición de ansiedad. Las secuencias calmantes me parecieron lentas al principio, pero luego entendí que ese era justamente el punto.